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Fotografía
Milana Bonita
RETRATOS
Extremadura es la comunidad autónoma que tiene el tren más obsoleto del país, lo que incide en una deficiente prestación del servicio ferroviario, repercutiendo negativamente en todos los sectores de la región.
El transporte y las comunicaciones son la base del desarrollo comercial, contribuyendo a la riqueza de la región y al bienestar de los ciudadanos.
En toda la Comunidad no hay doble vía, no hay línea electrificada, situación que ha ido empeorando tras la supresión de varias líneas, sometiendo a la población a un mayor aislamiento. Las promesas sobre nuevas infraestructuras y una red ferroviaria propia del siglo XXI, se demoran y postergan en el tiempo.
Este proyecto es una mirada al recorrido de la línea Madrid-Badajoz a su paso por Extremadura como línea vertebral en el territorio para descubrir a la población rodeada de un marco social de incomunicación y desatención, la candidez y marginación de un pueblo condenado durante siglos al atraso y al olvido.
Prisioneros de la sociedad moderna, adaptados a sus trabajos y escasos medios, sujetos a una permanente sensación de abandono.
Los extremeños demandan un tren digno que les de un futuro y aún no saben en que condiciones lo será.
Multimedia
I
Aunque he nacido en Madrid, mis orígenes son extremeños, quizás este sea el motivo principal por el que todo lo que suene o sienta de allí provoque en mí cierta sensibilidad.
La visita en verano de 2019 a la exposición “Paisajes Enmarcados” en el Museo ICO, junto a la multitud de noticias en prensa relacionadas con el recorrido del tren en Extremadura, hacen “click” en mi mente y todo el engranaje comienza a reorganizarse. El proceso de documentación es tan gratificante que cuanto más conozco sobre el tema, más me apasiona la idea.
Para ser honesta con el proyecto, necesito llevarme la experiencia de hacer este recorrido en tren y compro billete Madrid-Badajoz, ida y vuelta, en el que tiene el máximo número de paradas. A pesar de que la meseta extremeña es territorio conocido para mí, la descubro con nuevos ojos, ávida de detalles, horizontes y me detengo en las personas que viajan conmigo, en sus conversaciones, en quien los recogerá en su estación… en sus vidas.
La idea inicial va adquiriendo forma, generando criterio y opinión propia, ganando ganas de enfrentarme al momento cero cámara en mano.
El proyecto adquiere su nombre como un homenaje a los “inocentes” de Delibes, pero creando correlación con los actuales herederos de la tierra que son realmente mis protagonistas, los que en presente sufren la injusticia social por parte de un sistema económico y político basado en la centralización de partidos, desatendiendo y desoyendo las necesidades de los extremeños.
“Los Santos Inocentes” de Delibes, constituye una denuncia moral sobre el latifundio, la injusticia social que provoca y las consecuencias que tiene sobre la vida de los individuos.
Uno de sus inocentes es Azarías, que llama cariñosamente Milana Bonita a cualquier ser vivo digno de cariño, bien un ave, buho… o La Niña Chica. Esta expresión debió calar hondo en mi inconsciente porque a medida que avanzaba en información, la expresión cobraba vida y, como señal definitiva el primer día fotográfico a las afueras de Casatejada, cuando un milano sobrevolaba de cerca observando cada uno de los movimientos.
A mí se me antojó “Milana”.
Decidí abordar el proyecto desde el lado humano, son las personas las que llaman mi atención y tienen todo mi interés, para descubrirlos me sirvo como línea vertebral en el territorio del recorrido del tren desde Navalmoral de la Mata hasta Badajoz, llegando a cada pueblo y estación por los caminos interiores y rurales, dejando de lado la carretera para viajar lento en estos espacios, y no perder la oportunidad de detenerme a conocer y conversar con las personas.
El tren es el gran ausente en todo el proyecto, invisible como actor.
II
Extremadura es una de las regiones españolas con menor densidad de población, su situación periférica respecto de los centros de decisión, su carácter fronterizo y la anacrónica estructura de la propiedad de la tierra pueden señalarse como algunos de los factores más significativos para justificar la escasez de recursos humanos. Sobre todos ellos destaca notablemente el éxodo rural de los años sesenta y setenta.
La población extremeña tiene un problema de envejecimiento vegetativo (mayor número de muertes que de nacimientos) y masculinización, la escasez de inmigrantes debido a su alta tasa de desempleo, además de la huida de las mujeres de los pueblos que son quienes se encargan de los cuidados de sus hijos, de sus padres y de sus suegros, circunstancia esta que refuerza la invisibilidad del trabajo femenino.
Sigue siendo una región predominantemente “rural”, a pesar de que el grosso de su población se concentra en los municipios de más de 10.000 habitantes y alrededores, que son los núcleos con mayores características urbanas (más industria, más sector terciario) ciudades o pequeñas ciudades que proveen de servicios a localidades que resisten a su alrededor, y en un radio de 30 km o 30 minutos de ellas está el resto de población. Las ciudades ofrecen acceso a los servicios y a la industria.
Este sistema de residencia y trabajo hace que todos los días se muevan de unos núcleos de población a otros entre el 25% y el 40% de la población activa, en dirección a las ciudades, lo que supone un desplazamiento diario de 124.000 personas como media.
Los jornaleros y jornaleras que trabajan en el medio rural, se mueven hacia zonas extremeñas o interprovinciales que generan empleo agrario estacional, aumentando el reflujo diario de movimientos de quienes salen a trabajar a otros municipios próximos.
Los jóvenes son escasos, en proporción de casi tres mayores de sesenta y cinco años por cada niño menor de quince (INE)
No son hijos de jornaleros que vayan a continuar con su actividad, si no que han ido a la Universidad, pero buena parte del territorio no ofrece las condiciones que necesitan. Por ello acaban emigrando hacia otras provincias con mejores ofertas o al menos más atractivas. Son las mujeres las mejor formadas académicamente y salen en mayor proporción respecto a los hombres, en búsqueda de empleos adecuados a esa superior cualificación.
El sector servicios extremeño es casi hipertrófico, pero especializado en sectores de bajo nivel con empleo precario y mal remunerado. Necesitan aumentar el nivel de los servicios, más industria y que donde se produzca algo, se transforme.
III
Extremadura es la comunidad autónoma que tiene el tren más obsoleto del país, lo que incide en una deficiente prestación del servicio ferroviario, repercutiendo negativamente en todos los sectores de la región.
Por el momento no cuentan con servicio de Larga Distancia, a pesar de la distancia entre Madrid y Badajoz el servicio prestado es Media Distancia, diseñada para trayectos de 60 a 300 km. Esto supone trenes con servicios mínimos y más antiguos.
Los trayectos son de vía única y sin electrificar, lo que condiciona el paso de trenes ya que no se pueden cruzar entre estaciones, y la velocidad de los automotores diesel no puede pasar de 180 km/h. Gran parte de estos recorridos aún se gestionan con “bloqueos telefónicos”, que consiste en que los operadores avisan por teléfono al siguiente punto de control de que un tren va a ocupar la vía en un horario determinado. Esto limita el tráfico y puede dar lugar a errores humanos.
La antigüedad de las vías en algunos tramos, impide que la velocidad supere 50 ó 60 km/h, así mismo su mal estado, las incapacita para sostener tráficos pesados como mercancías, desapareciendo las terminales logísticas que funcionaban en el pasado.
En Extremadura se acentúan las diferencias en inversiones en infraestructuras respecto a la media nacional, aunque tienen la promesa en ciernes para poner en servicio un tren mixto (diésel, eléctrico, adaptable a diferentes anchos de vías) de altas prestaciones aprovechando la plataforma del AVE entre Plasencia y Badajoz, actualmente en construcción pero que acumula años de retraso.
Todos estos factores explican la caída de la demanda, el aislamiento de la población tras la supresión de varias líneas complica la vida de sus ciudadanos.
El primer aislamiento que sufrió esta región sucedió a finales de 1984, cuando Renfe cerró la línea Plasencia-Salamanca-Astorga, desde entonces si un extremeño quiere ir en tren a Salamanca, tiene que hacerlo pasando por Madrid.
El segundo abandono ocurrió en 2012, cuando el tren Madrid-Lisboa conocido como Lusitania, tras 75 años de servicio dejó de pasar por Extremadura y ahora atraviesa municipios de Salamanca.
El tercer abandono se viene desarrollando desde el año 2000 con la promesa de la alta velocidad. “Prioridad máxima” se dio a este desarrollo, que ha postergado la promesa hasta 2025.
La línea AVE se vendió para sacar del aislamiento a la única región sin doble vía y sin electrificar. Suponía salir del atraso en comunicaciones y transportes. De esta manera y con tráfico mixto de mercancías y pasajeros, por fin el progreso llegaría a Extremadura, por tanto había que eliminar o dejar envejecer todos los trazados viejos y antiguos para dejar paso al AVE. A estas alturas, incumplidos todos los plazos, lo que sí pueden ver los extremeños es el progresivo deterioro de las redes convencionales que aún tienen en marcha. Seguir hablando del AVE en Extremadura consiste en continuar engañando en su definición misma.
Un tren AVE o de Altas Prestaciones por Extremadura necesita definir sus 5 estaciones principales, Navalmoral de la Mata, Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz. El resto de estaciones están próximas a su desaparición.
Mientras tanto las incidencias en este recorrido se siguen acumulando con frecuencia, evidenciando su retraso de siglos. La población sostiene que uno de los grandes fuertes de estas incidencias se debe a que el servicio de mantenimiento está externalizado con una empresa privada. La indignación cunde entre los extremeños, cansados de promesas incumplidas.
Existe un gran desconocimiento por parte de la población afectada y con grandes indefiniciones por parte de los distintos gobiernos municipales. No saben porqué se sigue vendiendo la línea AVE Madrid-Portugal a sabiendas de que Portugal ya ha optado por no alta velocidad, si no por vía electrificada y de paso por Salamanca. Demandan una red de ferrocarril sostenible y social, electrificada no solo para el famoso recorrido hasta Lisboa, si no para que pueda ser utilizada por la población.
Renfe se encarga de la explotación del tráfico ferroviario y Adif es la titular de las instalaciones, ambas son empresas de servicio público, tienen entre su decálogo de actuación trabajar al servicio del conjunto de la sociedad. Como misión, construir y gestionar infraestructuras ferroviarias para contribuir al bienestar de las personas, generando valor a través de todas sus áreas de bienestar. Comprometidos con el desarrollo económico del país, con la cohesión social y territorial. Como servicio, el interés general.
La población extremeña sigue condenada al atraso y al olvido, se adaptan a sus trabajos y medios, aunque sean escasos, y no pueden dejar de sufrir una permanente sensación de abandono.
Ahí lo dejo.